Si algo nos puede caracterizar como mexicanos es la originalidad cultural e identitaria, somos el país que ocupa el cuarto lugar con la mayor diversidad, nuestra gastronomía que ha dejado huella mundial, pero, ¿Eso es todo lo que define a un mexicano?, en este texto escrito por Lourdes Arizpe vamos a conocer un panorama más extenso de lo que verdaderamente representamos, desde las entrañas del México antiguo hasta la era de la globalización.
La interrogante que viene existiendo desde los años veinte trajo consigo discusiones para poder llegar a esa pluralidad a la hora de definirlo, y no fue hasta finales de los años cuarenta cuando Alfonso Caso, quien fue un antropólogo y arqueólogo mexicano dijo: “un indio es el que se siente indio”, lo que podemos interpretar como el tener un sentido de pertenencia dentro de cualquier religión o el libre juicio de hacer nuestro el ser llamados "mexicanos", en resumen la identidad es racional y múltiple.
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Estamos de acuerdo en que, si actualmente realizáramos la pregunta ¿Cuál es el idioma que se habla en México?, inmediatamente las respuestas serian, el “español”, pero pocos saben según estudios, que después de recibir una variedad de migrantes se formaron una gran número de lenguas y culturas; por lo que se sabe ahora mismo en el territorio mexicano se hablan alrededor de trescientas sesenta y cuatro lenguas que pertenecían a tres familias: yuto-azteca, oto-pame y la maya, tiempo después cuando hablantes del castellano aparecieran, seguidos de africanos, ellos integraron sus lenguas a la tercera familia del pueblo mexicano.
Intentemos buscar autores clave para la representación del arte en nuestro país, uno de ellos sin duda seria Diego Rivera, ellos se encargaron de llevar esas habilidades culturales al extranjero, ciudades de Estados Unidos o Europa estableciendo un patrimonio cultural. Todo esto provoca un choque cultural importante que da no solo visibilidad de las maravillas aquí existentes, sino que se hacen una fuente de inspiración que puede ser adoptada como sus simbolismos; un claro ejemplo de ello es el Día de Muertos, que rompe esa barrera existente entre el mundo de los muertos, haciéndola una celebración de gran peso para la cultura mexicana.
En el texto de Lourdes pone énfasis en tres cualidades por las que la cultura mexicana sobresale; la monumentalidad, la originalidad y la creatividad. Un ejemplo de la monumentalidad puede hallarse en el palacio de Bellas Artes, su imponente estructura y su impresionante interior con murales de pintores famosos; La Biblioteca central de la UNAM con su mural “Representación histórica de la cultura” conformado por una gran variedad de piedras naturales coloridas, etc. En cuanto a la originalidad y creatividad lo podemos ver cada año en los desfiles militares en el zócalo, las ferias dedicadas a los santos de cada pueblo en cada estado de la república, entre miles de celebraciones anuales.
La autora también añade como ejemplo a la creatividad mexicana la danza neoindígena y grupos de rock. Si agregáramos expresiones pertenecientes al actual siglo XXI mencionaría al cineasta Guillermo del Toro que se llevó el Oscar en la categoría a mejor película animada, exponiendo una vez más el talento nato que un mexicano puede explotar si se brinda una oportunidad.
Explicado todo esto podemos volver a formar una interrogante, si en México nos sobra cultura ¿Cuál es la causa de que exista una migración masiva?, esto principalmente podemos corresponder a las necesidades económicas, sin embargo lo que sorprende es la transculturalidad, las fusiones entre ambos países y esto debido a lo llamativo que puede resultar algún rasgo para el extranjero, se apropian de esas costumbres y las empiezan a hacer suyas, volvemos con el ejemplo del Día de Muertos o la Virgen de Guadalupe que atrae a miles de personas a su basílica cada año, etc.
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Los mexicanos tenemos códigos identitarios, la autora menciona tres:
La tierra: Como su nombre lo dice se refiere a cualquier elemento que este ligado a la naturaleza o a lo que podemos llamar “terrenal”, las vistas de una playa, un atardecer, los árboles que llenan los montes, cerros, bosques; edificios, pinturas en murales, etc.
La historia: En este escaño es todo aquello que ha marcado nuestra estancia a lo largo del tiempo y todo lo que vendrá, monumentos, museos, palacios, danzas, simulacros, etc.
Convivencia: Probablemente podría considerar uno de los códigos más importantes de nuestra cultura, este se puede ver en los festejos patronales en los pueblos, ferias, actividades en alcaldías, convivios, hospitalidad a foráneos y los obsequios omnipresentes.
México guarda historia en cada esquina, y durante años se ha buscado preservar ese patrimonio cultural con la creación de los museos o centros culturales; de los más importantes que podría mencionar ya de entrada es el Museo Nacional de Antropología, el Castillo de Chapultepec, la torre Latinoamericana, etc.
“El milenio abrió creando un universo invisible, paralelo al que ven nuestros ojos y que crea redes culturales y sociales distintas a las que habían existido hasta ahora en la cultura mexicana. El milenio abrió creando un universo invisible, paralelo al que ven nuestros ojos y que crea redes culturales y sociales distintas a las que habían existido hasta ahora en la cultura mexicana.” (Arizpe, 2011)
Con la aparición de las nuevas tecnologías la comunicación se ha facilitado, ahora las familias pueden hablar desde distintas posiciones geográficas, y las nuevas generaciones ya están mucho más familiarizados con el uso de estos aparatos y las funciones que implican cada una de las redes sociales. Hay que aclarar por supuesto que todo esto resulta un arma de doble filo.
Podemos concluir en que la cultura mexicana se va a constituir con lo siguiente: Los factores de unidad nacional – lengua, valores e identidad –, espacios para desarrollar una visión futurista, sectores económicos en crecimiento, valores de pertenencia y prestigio. Si queremos llegar a conservar estos factores será necesario proteger nuestros patrimonios culturales, promover el bienestar cultural, llevar en alto las reflexiones y prácticas, y como último punto orientar las actividades a los grupos que representan una amenaza a las capacidades o habilidades culturales.
México no va a dejar de formar un patrimonio mientras nosotros como habitantes continuemos considerando algo identitario que nos otorgue ese reconocimiento mundial.
Referencia.
Arizpe, L. (2011, octubre). Cultura e identidad mexicanos en la era global. Revista de la universidad de México.
